Entrevista
Miguel Ángel Tobías, director de la película “Me llamo Gennet”
"Gennet es un máximo exponente de cómo la Educación es indiscutiblemente la gran herramienta para la inclusión"
08/03/2019
Beatriz Sancho
Miguel Ángel Tobías, director de la película "Me llamo Gennet", aún vive invadido por la estela de las mágicas sincronicidades que han rodeado la realización de este filme. Es un deleite escucharle narrarlas, maravillado aún, desde esos ojos inocentes e hipnóticos de niño, cargados de tanta humildad y corazón. Convencido de que el motor más potente para cambiar el mundo es el medio audiovisual, Tobías nos muestra ahora poéticamente el viaje que salvó a Gennet Corcuera "de la muerte", y nos devuelve al origen de nuestro ser para comprender, experiencialmente, quién es esta valiente Mujer, la discapacidad de la sordoceguera, y que las personas sordociegas pueden "hacer cualquier cosa". El CERMI le ha arrancado un compromiso del que no se libra: sentarse a buscar más historias de personas con discapacidad que también "deben ser contadas" para lograr su plena inclusión.
La película se estrena el 5 de abril, pero habrá un pase social el día 4 de abril en más de un centenar de cines de toda España. Se realizará una proyección solidaria y 100% benéfica de "Me llamo Gennet" en favor de Fasocide. Y el 10% de los beneficios de la productora será siempre para dicha entidad. WhatsCine ha hecho totalmente accesible de forma altruista esta película para apoyar el proyecto. Así que no hay excusas para no ir a ver esta película de mujeres, de la discapacidad, de Gennet.
En un día como hoy, haciendo un guiño a las mujeres con discapacidad y sin ella, quieres recordar a nuestros lectores que "Me llamo Gennet" es una película de mujeres. ¿Por qué?
Sí, entre otras cosas, es además una película de mujeres, un homenaje a las mujeres, que muestra la capacidad y el poder de cambiar la propia vida y la de los demás cuándo se unen y trabajan juntas. Gennet, Carmen, Pilar, Tamara, Alexandra... todas ellas son protagonistas de la película que lo demuestran sobradamente.
Lees la noticia de que Gennet es la primera mujer sordociega en Europa que obtiene un título universitario y ves claramente que ahí hay una película...
Sí, conocí la historia de Gennet mientras leía el periódico en un avión. Se había convertido en la primera mujer sordociega en Europea en conseguir un título universitario de la historia, pero lo que me llamó verdaderamente la atención es que habían tenido que pasar 115 años desde que la primera mujer sordociega lograra el mismo reto, y que fue
Hellen Keller, pero norteamérica.
En cuanto leí la noticia pensé que a alguien se le ocurriría también hacer la una película sobre Gennet, pero pasó un año y nadie lo hizo, y tras pasar otro, yo embarcado en diversos proyectos, me decidí a realizarla, porque no se me iba de la cabeza la idea.
La cuestión era entonces cómo llegar a una persona sordociega a la que no conocía, y si llegaba cómo saludarla y soltarle que quería hacer una película de su vida.
Y aquí empiezan la innumerable sucesión de sustanciales anécdotas y sincronicidades que hacen de "Me llamo Gennet" una película mágica tal y como se puede sentir en el trailler...
Sí, sucedió algo mágico que me hizo entender que tenía que hacerla. Tenía una amiga médico en Burgos, Ana, que vino un día a Madrid y que me llamó para invitarme a salir a cenar con una amiga suya. Acepté, pero luego por cuestión de trabajo no me dio tiempo a ir a la cena, me disculpé, y cada uno siguió con su vida.
Pasó casi un mes, y Ana volvió a la capital a un congreso y me dijo que si podíamos comer juntos, y quedamos. Conversamos y me preguntó que en qué proyecto audiovisual estaba trabajando en ese momento y, aunque estaba haciendo varios documentales, lo que le terminé contando no sé porqué fue la idea que me había rondado la cabeza permanentemente durante los últimos dos años, y le hablé de Gennet, esa chica que había nacido en Etiopía, sordociega, y que era la primera mujer con esa discapacidad que había conseguido un título universitario en Europa.
Me dejó hablar hasta que terminé y, de pronto, me recordó la cena de hacía un mes con aquella amiga que quería haberme presentado esa noche, y me desveló que esa amiga suya era Gennet. Resultó que mi amiga Ana es la más íntima amiga de Gennet desde hace 25 años cuando se conocieron en un campamento de verano inclusivo.
¿Cómo fue el primer encuentro con Gennet?
La madre de Gennet había fallecido un mes antes, y en el momento de conocerla, le dije a Ana que le preguntara si podía abrazarla para darle el pésame. Ella aceptó y "se quedó en el abrazo", y después le conté que quería hacer una película contando su historia y que, por favor, se lo pensara. En ese mismo momento, me dijo que no tenía que pensárselo, que aceptaba porque quería que la película fuera, en primer lugar, un homenaje a su madre por haber sacrificado el resto de su vida desde el día en que la conoció, para que se convirtiera en la persona que era ahora, integrada e independiente.
Y también porque quería que la sociedad conociera la historia de los sordociegos en particular, pero, en definitiva, la de todas las personas con discapacidad porque, dijo textualmente: "soy consciente de que si todas ellas tuvieran las oportunidades que yo he tenido por haber sido adoptada por una mujer que tenía la inteligencia, la voluntad, los recursos y la educación que me brindó mi madre, hoy seríamos millones de persona con discapacidad las que estaríamos plenamente incluidos".
"Gennet quiso hacer la película como homenaje a su madre y para que la sociedad conociera la historia de los sordociegos, en particular, y de todas las personas con discapacidad"
Se llama Gennet, pero ahora que la conoces, ¿quién es Gennet?
Gennet es literalmente la traducción de su nombre etíope: paraíso. Lo que realmente ella es y lo que representa es la consecución de una vida que hoy es un paraíso, desde la sodoceguera, claro, una discapacidad tan tremenda como esta. Gennet personifica el paraíso, y es un espejo impresionante en el que mirarnos, para perder todos los miedos, para relativizar las cosas que nos pasan, y para darnos cuenta de que si tenemos el amor y la voluntad suficientes somos capaces de casi todo.
"Gennet es un espejo impresionante en el que mirarnos, para perder todos los miedos, para relativizar las cosas que nos pasan, y para darnos cuenta de que si tenemos el amor y la voluntad suficientes somos capaces de casi todo"
"Siempre necesitaré manos que me lleven", dice Gennet en la película, "mis recuerdos no tienen forma, no hay sonido, pero hay un antes. Sé que están aquí, en algún rincón de mi niñez, muy lejos". ¿Qué le preguntas a Gennet durante el rodaje para que hayas podido retratar su interior, su oscuridad con tanta pulcritud? Luego hablamos de la luz "en la que abunda".
Una de mis intenciones al hacer la película ha sido que el espectador se metiera, lo más posible, en ese mundo interior de Gennet, y por eso dice en un momento determinado: "esta oscuridad, no puedo con ella". Pero resulta que lo que ha conseguido hacer con su vida Gennet en realidad es ir desde la más profunda y absoluta oscuridad a la luz más radiante que un ser humano puede alcanzar a lo largo de su vida.
Hablé mucho con ella de cómo eran los sentimientos en su interior, de cosas que son muy obvias para quienes vemos y oímos, pero que son intangibles. Así, le pregunté, por ejemplo, que qué significaba para ella el silencio, y me explicó que era cuando estaba sentada o tumbada y sin tocar nada, porque cualquier movimiento que hiciera se convertía en ruido, y le hacía salir del silencio.
Todo el equipo de rodaje, cada vez que vemos la película nuevamente, descubre un nuevo matiz enriquecedor que nos aporta Gennet con su profundidad. Por eso recomiendo a todo el mundo que la vea más veces.
"Cada vez que vemos la película nuevamente, descubrimos un nuevo matiz enriquecedor que nos aporta Gennet con su profundidad"
En un momento del film refiere la protagonista una de las dificultades que se le presentan con frecuencia: "¿Por qué nunca encuentro el pomo de esta puerta?" -dice-. Todos tenemos varios pomos entorpeciendo nuestro encuentro con lo más esencial de cada uno. Si Dios es silencio, quietud y se encuentra dentro, ¿no está Gennet más cerca de la Luz, de su autorrealización por tener menos distracciones para descubrir la verdad de su naturaleza?
Por supuesto, sin ninguna duda. Gennet tiene una vida interior muy rica porque no tiene distorsiones. El resto tenemos muchas distorsiones y distracciones, y la ausencia de ellas en Gennet la ha permitido alcanzar un nivel de profundidad que es muy difícil que logremos los demás.
Una representación gráfica de esto mismo podría ser la pregunta que le hizo una persona a Gennet, durante una toma de la película que decidí no incluir, de cómo hacía ella para no deprimirse sabiendo que nunca podría dejar de ser sordociega. Nos quedamos todos helados al escucharla y expectantes ante la respuesta de Gennet, que dijo: "No he considerado nunca a la sordoceguera como una discapacidad, porque nunca me he fijado en lo que no puedo hacer. Solo me centro en lo que sí puedo hacer". Y tras una pausa concluyó: "Y lo puedo hacer todo".
"No he considerado nunca a la sordoceguera como una discapacidad, porque nunca me he fijado en lo que no puedo hacer. Solo me centro en lo que sí puedo hacer. Y lo puedo hacer todo"
También dice que cuando se va de su casa "deja atrás todos los rincones aprendidos". Hay muchísima poesía en el film, en los diálogos que reconstruyes, en los de Gennet especialmente.
En realidad he intentado construir su vida en un proceso poético creativo con consciencia y a conciencia. Ella dice "los rincones aprendidos" y no solo se refiere a los físicos, que también porque se va a una residencia, sino a que se aleja de la seguridad, de su madre, de los maestros que había tenido hasta entonces, y de toda la gente que le había ayudado para pasar a un mundo de no discapacidad.
"He intentado construir su vida en un proceso poético creativo con consciencia y a conciencia"
¿Y qué rincones nuevos has descubierto en ti realizando la película, esos que no sabías que tenías dentro y desde los que ahora, por la cercanía con Gennet y su historia, te sientas a mirar de una nueva forma?
Soy capaz, gracias a ella, de disfrutar de hasta lo que me desagrada o me hace sufrir a través de mi vista y mi oído. Un ejemplo más claro sería cuando me duele la rodilla. Me acuerdo de amigos que tengo en silla de ruedas que no pueden sentir las piernas y doy gracias por sentir ese dolor al acordarme que a ellos les encantaría sentirlo. Traslado esto al concepto del oído y la vista, y las mil cosas que te afectan negativamente, al ver o al escuchar, consigo relativizarlas, y acordarme de agradecer que puedo ver y oír.
Eres además socio fundador de una fundación: "Historias que deben ser contadas". Al hilo del nombre, muchas otras historias de personas con discapacidad podrían, deberían de hecho ser contadas también porque hay discapacidades con mucha necesidad de que se difundan, sobre todo para acabar con la discriminación porque la discapacidad intelectual, la enfermedad mental están estigmatizadas...
...hasta el infinito. Cierto.
Estoy completamente de acuerdo y, permanentemente, me llegan historias desde distintos ámbitos de la discapacidad que sin ninguna duda merecen ser contadas. Porque tengo muy claro que es, en la mayoría de los casos, el desconocimiento de la sociedad hacia ellas lo que hace como, tal y como se menciona también en la película, que hagamos que muchas personas vivan en cárceles por nuestra actitud hacia ellas.
Siempre intento que la discapacidad esté integrada en todo lo que hago. De hecho, vengo de rodar un documental en Nepal tras el terremoto y dos de protagonistas son ciegos. El concepto de discapacidad está muy integrado en todo lo que hago, e incluso hice un programa en TVE que se llamaba '
Efecto ciudadano' donde gente que necesitaba ayuda encontraba a gente dispuesta a ayudar, y las personas con discapacidad eran quienes ayudaban a otras personas. Hacía darte cuenta de que todos somos iguales, simplemente con circunstancias diferentes.
"Siempre intento que la discapacidad esté integrada en todo lo que hago"
¿Por qué no te animas a crear una productora con otros profesionales del mundo audiovisual que como tú se impliquen, sean solidarios con la discapacidad, empáticos, para contar muchas otras historias de otras discapacidades que tanto necesitan del poder del cine para cambiar el mundo, su mundo, y que apoye la plena inclusión de las personas con discapacidad en la sociedad, así como el respeto de todos sus derechos?
Yo siempre recojo los guantes. Podemos plantear esto seriamente desde el
CERMI y comunicarlo desde la entidad. Me comprometo a sentarnos en una reunión con la entidad y que pensemos en un proyecto concreto para sacarlo adelante, ver juntos de qué se debería hablar que no se haya hecho o, aunque se haya hecho, no como tocaba, o aunque se haya hecho como tocaba, haya que seguir hablando de ello porque lo importante no haya llegado. Hay que preguntar qué y generar una historia. Yo me comprometo a ello.
"Me comprometo a sentarnos en una reunión con CERMI y que pensemos en un proyecto concreto para sacarlo adelante"
La inclusión social y laboral es un tema que tocas generosamente en 'Me llamo Gennet'. ¿Qué mensaje has querido trasladar sobre la inclusión, lo has logrado?
Hay muchos referentes, pero Gennet es un máximo exponente de lo que se puede hacer a través de la Educación, de cómo la Educación es indiscutiblemente la gran herramienta para la inclusión. Cada uno con sus necesidades y sus límites, hasta donde cada uno pueda. Por el hito mundial que es ser la primera mujer sordociega que consigue un título universitario en Europa, Gennet representa el hecho de que, si hay voluntad, conocimiento, comprensión y medios, nada es imposible.
Tenemos el derecho y el deber de hacer que todas las personas con discapacidad, sean cuales sean sus necesidades, tengan una vida en sociedad lo más inclusiva posible.
"Gennet es un máximo exponente de cómo la Educación es indiscutiblemente la gran herramienta para la inclusión"
Tocas muchísimos palos en "Me llamo Gennet": la discapacidad, el amor materno, el amor en general, el Alzhéimer, la superación, la Educación, etc. Explica, por favor, cómo es esa dimensión que has señalado alguna vez de tu película y que dices que no se comprende si no se ve.
La película es circular, arranca y acaba en África, pero también es circular desde el punto de vista de los mensajes: empieza con unos padres que son conscientes de que tienen que hacer algo con esa hija para que no muera en medio de una hambruna terrible. Y acaba con el sacrificio de una madre adoptiva, que la rescata de la muerte y la ayuda a convertirse en quien hoy es. La película habla del Amor, con mayúsculas, que está en la base de todo.
Si aplicásemos amor a cada uno de los conflictos o de los condicionantes que tenemos en nuestra vida este mundo sería otro. Y la película refleja cuál es el poder y la fuerza del amor. Pero también nos habla de la fuerza de voluntad, del sacrificio, del esfuerzo, y es un homenaje, por supuesto, a las madres. Pongo siempre un ejemplo que todo el mundo asume y con el que está de acuerdo y que es: si un hijo se queda tetrapléjico de repente, aunque también nuestros padres sean maravillosos, estos entrarán y saldrán de su habitación, pero una madre se sienta en la cama y pasa el resto de los años que le queden cuidando a ese hijo y pegado a él. Ahí logramos lo que Gennet quería, homenajear a su madre.
"Si aplicásemos amor a cada uno de los conflictos o de los condicionantes que tenemos en nuestra vida este mundo sería otro"
Pero también es un ejercicio de Educación indiscutible. Gennet se habría muerto en África, y si no hubiera tenido la educación que ha tenido, estaría hoy como tantos millones de sordociegos en el mundo, pero también con otras discapacidades, encerrados en sus casas, apartados de una sociedad en la que tienen el mismo derecho de estar que todos los demás.
Qué necesario, por tanto, la labor del movimiento asociativo para dar a cada discapacidad lo que necesita para incluirse plenamente en la sociedad, ¿no te parece?
Sin duda. Todos los movimientos sociales y asociativos, a lo largo de la historia, han sido los motores que han acabado transformando la sociedad. El de la discapacidad tienen el derecho de ser escuchado especialmente.
¿Por qué Míriam Díaz Aroca, que por cierto borda el papel de su madre, Ángela Molina, su hermano Miguel Molina, y tú mismo -que te has costado poco- para conformar el elenco?
Sí, yo no me he costado nada (ríe). Miriam borda el papel literalmente, y la suya ha sido una historia también de amor y que tiene su anécdota, tengo mil anécdotas que podría contar con esta película.
Hacía años que no veía a Miriam y me la encontré en el Festival de Cine de Valladolid. Volvimos juntos en el AVE y tuvimos una conversación normal. Pasan dos años, no volvemos a hablar, y me escribe diciéndome que necesitaba verme. Fue tan insistente que quedamos para tomar un café y, cuando nos vimos, me dijo que solo era para darme las gracias porque le había dado la fuerza aquella vez en el AVE para ponerse a hacer lo que había estado haciendo durante los dos últimos años.
A mí no me había costado nada, lo había hecho de corazón, y le comenté que para decirme aquello lo podía haber hecho por WhatsApp. Pero me dijo que sentía que me lo tenía que decir a la cara, y al escuchar esta palabra empecé a observar su rostro, pero ya no como Miriam Díaz Aroca. Me di cuenta de que tenía la edad que tendría la madre adoptiva de Gennet cuando llegó a África, y que aún con su belleza intacta, Miriam ya tenía las arrugas, la densidad del paso de la vida que a todos nos pesa, y ese punto de madurez en su existencia personal que yo estaba buscando para el papel.
Escudriñé su cara y, tras marcharme de allí, le mandé un mensaje preguntándole que qué tenía que hacer en los próximos tres meses. Me preguntó que por qué, le mandé el guion y le pedí que se lo leyera. Después me llamó llorando y me dijo: "Hago lo que tú me mandes". Y ha hecho un ejercicio interpretativo brutal rodando en unas condiciones terribles en África: sin agua, sin luz, comiendo fatal, sin poder ducharnos... En suma, un papel espectacular.
Respecto a Ángela Molina estaba hablando con ella para otro proyecto, y cuando le hablé de esta película se echó a llorar también y le pregunté que si quería ser la maestra. Aceptó encantada y en el making-of de la película dice: "Hay un antes y un después en mi vida después de haber rodado esta película". No dice de mi carrera, porque Ángela Molina lo ha hecho todo.
Y Miguel Molina hizo, para mí, la escena de la película, esa en la que los niños y las niñas en clase se ponen algodón en los oídos y se tapan los ojos para que experimenten lo que siente una persona sordociega. Además, la hizo con tal amor, que no para de repetirme que quiere estar en todas las presentaciones porque se muere de emoción cada vez que la ve.
Ese cúmulo de sincronicidades que han ocurrido desde que te propones hacer la película, una detrás de otra, a cual más inverosímil... Es como si estuvieras predestinado a filmar tú "Me llamo Gennet".
Sí, por eso siempre digo que cuando Ana me dijo que la amiga que quería presentarme era Gennet comprendí y decidí que tenía que hacer yo la película, costara lo que costara. Y ha sido un esfuerzo gigantesco por tantas y tantas razones que no vienen al caso, pero las sincronicidades y las anécdotas no han parado de surgir desde el primer instante.
Una crítica personal a la actuación de Gennet.
Interpretándose a sí misma, Gennet en su actuación está llena de verdad. Quien no sabe de esto cree que hacer de uno mismo es fácil, y no, es lo más difícil que hay en la interpretación.
Una anécdota es que en el rodaje le decía que necesitaba que hiciera algo de una manera determinada, me decía que ella no hacía eso así en su vida normal, sino de otra manera, y le tenía que explicar que por el tiro de cámara o por la luz, esta muy interesante de explicar en la sordoceguera, necesitaba que fuera de ese modo. Y entonces lo hacía tal y como se lo pedía. La Gennet que vemos en la pantalla es la Gennet actriz que ha hecho todo lo que le he pedido a nivel cinematrográfico.